16 de agosto de 2012

Si no te oigo respirar una sola vez más, puede que muera.
Si no respiro, moriré. 
Si me despierto de madrugada y no te veo quitándome la sábana, puede que muera. 
Si no respiro, moriré. 
Si paso una tarde más sin la compañía de tus abrazos, puede que muera. 
Si no respiro, moriré. 
Si me pierdo tus palabras, tus sonrisas, tus caricias, tus miradas, puede que muera. 
Si no respiro, moriré. 
Sólo por hoy, elijo respirar. 
Mañana ya habrá tiempo para morir si tú no estás.