4 de septiembre de 2015

Te n.......

Hoy no me siento preparada para volar libre. Necesito a ese elefante rosa que me cede su trompa para ayudarme a bajar las escaleras. Te necesito. Joder, que palabras más fuertes. He leído en alguna parte (puede que en una de estas revistas de la sala de espera) que esa palabra tabú que no quiero pronunciar (empieza por a- y acaba por -mor) hace que podamos vivir sin algo pero escojamos no hacerlo. ¿Y si no te dejan escoger? ¿y si te obligan a una cosa u otra? Espere un segundo Don Erizo que estoy meditando una filosofada. ¿Por dónde iba...? Ah sí, la palabra tabú. Pues eso, que aquí donde me veis, en la sala de espera de este antro infernal, yo me he rendido. Los molinos gigantes me han aplastado y me toca aceptar la realidad. La palabra tabú corre más que yo (cosa que tampoco es muy difícil) y me ha alcanzado. Y por eso estoy aquí, a ver si me pinchan en el culo o me dan una pastilla de esas y se me cura esto. Mi turno.
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Nada, no tengo remedio, que me aguante como estoy que lo mío no tiene cura. Pues ale, tendré que aprender a vivir con ello.

22 de abril de 2015

Coming back

Los 22 de abril siempre son días melancólicos, llenos de canciones de ese grupo de rock en decadencia, rodeada de cervezas y ganchitos rancios. No esperaba volver por aquí a saludar, pero si lo hacía siempre he sabido que tendría que ser este día. Y con un pack de 12 cervezas bajo el brazo. Supuse que me tendrían vetada la entrada, pero al parecer necesitan un pastor que guíe a este rebaño de tarados, y quien mejor que una tarada que conoce el terreno como las uñas de los dedos (no como las palmas de las manos, porque no me gusta mirarme la línea de la vida, yo creo que mengua con cada cerveza)

Así que aquí estamos, de nuevo, dispuesta a limpiar el espejo y devolverle una mueca (las sonrisas en esta cueva se dejan en la puerta, gracias)

Recibiréis más noticias mía cuando firme mi contrato, aún estamos discutiendo términos sobre cuántas cervezas por hora extra son adecuadas.

Id preparando los cristales, que mucho nos vamos a cortar a partir de ahora.

Saludos desde el infierno de la mente.

30 de mayo de 2014

Nunca fui de esas que son moderadas y comedidas, soy de las que hacen locuras, de las que cambian de sueños porque anoche creyeron que algo distinto era posible, y soy, por supuesto, de las que se salta la medicación. Me he desviado, y sí, sé que esto es una norma en mi vida. Pero esta vez lo he hecho contra todo pronóstico, incluso contra mis locos principios. Pero...ah...a veces todo cambia. Y si el destino te pega un empujón y te obliga a girar cuan peonza sólo puedes hacer una cosa: dejarte llevar.

PD. Ten cuidado después de las vueltas o se te desparramará toda la cerveza.

PD2. Sí, sí, tú eres el que ha hecho que todo esto cambie.

19 de junio de 2013

Nunca un adiós fue tan dulce

Y por fin se acabaron los encierros en esta institución. A partir de hoy soy una demente suelta, que vaga por el bosque en busca de las hadas de la fruta y los monstruos del río. Empieza un camino tortuoso, lento, enfangado y retorcido. Pero no hay cabida para el pesimismo, no ahora que al fin me han quitado la camisa de fuerza y puedo correr libre. Bueno, correr no, que ahora ya nadie me persigue. Ha sido un placer compartir con todos esos locos estos últimos años, pero es hora de decir adiós. Espero encontrar de nuevo mi madriguera repleta de cerveza y polvo acumulado. Os deseo que vuestro camino esté lleno de sorpresas. Y de duendes.

7 de junio de 2013

Devolvedme a la tierra

Saqué un cepillo del armario y me puse a recordar. Mientras acariciaba los bordes un escalofrío me recorrió la espalda, como un preludio de lo inevitable. Las colocaba con cariño, como siempre había hecho, como esperaba que el que me siguiera habría de hacerlo. Las puse bajo los primeros rayos de sol de aquel frío mes de junio, y allí, junto a la ventana me puse a recordar. La nostalgia se apodera de mi cabeza muchas veces y pierdo la noción del tiempo. Seguían allí, esperando ser colocadas, en su lugar, las tomé con cuidado, las acaricié con ternura y las devolví al fondo del armario. Puede que al fin y al cabo, la libertad no fuera cosa de locos. Estamos condenados a esconder las alas y dejar de volar, dejar de soñar. O al menos, cambiar de sueños.

21 de mayo de 2013

Supongo que es algo que no pierdes nunca. No es como esas llaves de casa que desaparecen un sábado misteriosamente, o ese folio en el que apuntaste aquellos datos tan importantes para tu presentación. Te acompaña, pasea contigo de la mano, te mira de forma insistente, te susurra al oído palabras que nunca deberían ser pensadas. Permanece entre los vivos y acabó con la vida de muchos muertos. Tiene una sonrisa diabólica que no hace más que hipnotizarte, llevarte a esa espiral, a ese agujero negro del que sabes que no puedes salir. Ahí sigue, mirándome desde los pies de la cama. Maldito miedo.

15 de mayo de 2013

TFG

Suponen, nos enseñan desde que somos pequeños que la vida es esto. Estudiar, estudiar, estudiar sin descanso. Digo yo, que esto está muy bien, mantener activo el intelecto nos ayuda a mejorar como personas, evita ciertas enfermedades que tienen lugar en la masa gris que es nuestro cerebro y nos acerca a los demás. Pero leches, un descanso de vez en cuando no estaría mal. Un año sabático por aquí, unas vacaciones por allá. ¿Es tanto pedir? Cuánto nos queda por aprender de nuestro colegas sajones...