24 de agosto de 2011

Puede que fuera mi independencia. O tu impaciencia. Quién sabe.


Ya no sé si me molestas, te molesto o nos molestamos.
Ya no sé si me interesas, te intereso o  nos interesamos.
Ya no sé si me mereces, te merezco o nos merecemos.
Ya no sé si me equivoqué, te equivocaste o nos equivocamos.
Ya no sé qué piensas, qué dices o qué haces cada tarde.

Pero sé algo.

Sé a quién besas.

                                                     (y sé que esa no soy yo.)

23 de agosto de 2011

La buena compañía

Leffe.
Grimbergen.
Volldamm.
Paulaner.
Coronita.
Desperados.
Mahou.
San Miguel.
Foster's.
Franziskaner.
Cruzcampo.
Judas.

Esto es lo que escondo en mi alacena, detrás de los cristales rotos mezclados con recuerdos. Alguna afición estrambótica tenía que tener además de los arrebatos de locura nocturnos. Cuidado al pasar...¡ojo! un recuerdo afilado. Bueno, y ahora te invito a que te sirvas, a gusto y discreción personal, eso sí, la próxima vez que vuelvas traéme alguna nueva, por eso de probar, y de que en la variedad está el gusto.
¡Chinchin! A vuestra salud amigos míos.

19 de agosto de 2011

Otro día sin gritar.

A veces la única forma de deshacerse del pasado es enfadándote con él. Pero no los típicos enfados de 'jo, eres tonto déjame' o 'pues ahora me enfado y no respiro' Hablo de enfados reales, de no querer recordar su existencia, de que cada herida pegada al pasado te duela tanto que no quieras ni respirar, de que sólo con pensar en ello desearas pegarle una patada al universo que te rodea, de gritar sin contención, de dejar que los insultos y palabras malsonantes salgan de tu boca. Enfados de esos que duran toda una vida, y que en el momento en que alguien te pregunte ni recuerdes el porqué del enfado. Pero dará igual, ya no dolerá, no sentirás ese resquemor en cada vena y arteria de tu frágil corazón, no se te entrecortará el aliento ni se te paralizarán los músculos, no se rebelarán tus lágrimas para salir de tus ojos cuando lo leas, no.
Intento haceros comprender cómo son ese tipo de enfados.
Esos enfados que por desgracia, yo no sé tener.

16 de agosto de 2011

Mermelada de pena.

Exasperantes. Así son los recuerdos. Tan nítidos como si los estuviera viviendo de nuevo, tan vivos que incluso si me esfuerzo un poco aún puedo notar cómo me abraza fuerte. Y eso es todo lo que me queda, recuerdos (y cerveza) Quisiera dejar de perder mi cabeza entre los botones de su camisa, pero no puedo, al menos, no de momento. Cuando sea capaz de olvidar cómo besaba, cómo sabía, cómo olía, entonces quizás, y sólo quizás pueda sonreírle a otros. Por ahora hago mermelada con los recuerdos y los guardo en tarros en el estante más alto, para que cada vez sea más difícil dar con ellos.

14 de agosto de 2011

Cuando el oso despierta

Una noche de tantas, aburrida, monótona, un copia y pega. De repente un cambio, un soplo de aire fresco. He descubierto a alguien, y con descubrir no me refiero a ser la primera persona que le encuentra, sino que ya había sido encontrado antes y yo lo he hecho hoy, esta noche (explicaciones banales para quien no le gusten las equivocaciones) Se llama Carlos Salem, argentino, escritor de novela negra, poeta. Un alma torturada de tantas pero con el don de convertir los sentimientos más bruscos en palabras que tocan en lo más hondo (no piensen mal, me refiero a eso que llaman "alma") He de admitir que me ha impactado, me ha conmovido su prosa. Por eso amigos, he dejado mis vacaciones para compartir este descubrimiento con ustedes. Aquí les dejo algo para que se deleiten, hagan como yo, y vayan descubriéndolo poco a poco. Mundo, por gente como esta voy a dejar de pegarte patadas durante algún tiempo.


No sé cómo lo haces
eso que haces
de convertir una siesta en una fiesta
un despertar en ceremonia de ternuras
y una tarde domingo
en un picnic sin hormigas.

No sé cómo lo haces

eso que le haces
al tiempo para que pierda la gomina
estire las horas y baile en las agendas
mientras bailas sobre mí
tu danza de sirena.

No sé cómo lo haces

eso que me hace
creer otra vez en los milagros
y rezar desafiante entre tus piernas
a un dios que luce esa sonrisa
promisoria y satisfecha.

No sé cómo lo haces

eso que haces
al fumar besos con forma de trompeta
acariciar la noche porque la noche es gata
y estirarte de modo que conviertes
un bostezo en el pasado de un gemido.

No sé cómo lo haces

eso que nos haces
cuando desnuda te sonrojan mis piropos
te enroscas como una hiedra tierna
echas a la lavadora mis corazas
o fabricas mermeladas con tus penas.

No sé cómo los haces

eso que haces
                     pero
                            no
                               dejes
                                      de hacerlo
                                                     nunca.

4 de agosto de 2011

Los locos, a veces, también nos merecemos unas vacaciones. Así que eso, me tomo un descanso, aunque no lleve mucho aburriendo a la red com mi vida, pero estoy en busca y captura de mi inspiración, así que hasta entonces...pasen un feliz encierro en sus cómodos hogares, yo me voy a pegarle patadas al mundo.