21 de junio de 2012

Verdades a medias

No recuerdo ya en que momento he comenzado a recobrar la lucidez. Creo que ha surgido así, de improviso, como una tormenta de verano que te pilla en sandalias. Los días se iban sucediendo monótonos, aburridos, idénticos, sin más variación que el número de la última página leída o algún rostro nuevo entre las paredes de ese agónico lugar de culto al ejercicio. Mientras los carceleros no me veían he cometido alguna nueva estupidez y me he bebido algún que otro trago de ese glorioso placer de dioses que es el alcohol. Pero no me arrepiento. A lo hecho pecho como se suele decir. El caso de todas estas ligeras divagaciones es informar al mundo que me ignora y no me escucha que soy un poco más sensata que ayer, pero menos que mañana. He aprendido a soñar despierta sin creer realmente los actos de mis ensoñaciones. He comprendido que no puedo querer aquello que no puedo tener. Y ahora usaré los errores del pasado para construir un nuevo futuro, en el que de momento, no quiero pensar.

Es broma, sigo siendo el mismo renglón torcido sin remedio, la demente número 8.
Sírvame otra cerveza de malta Señor Hipogrifo. Se aproxima el solsticio...

7 de junio de 2012

Vacaciones

Me quedan 41min (30%). ¿Para qué? No lo sé exactamente, eso dicta la pantalla de este agotado ordenador. Puede que cuando el reloj deje de latir, el corazón deje de hacer tictac. Puede que la fiebre vuelva al ataque cuando acabe estas líneas. Puede que la medicación deje de hacer efecto. Puede que al fin cierre la puerta de mi cueva para siempre. Puede que en verdad te eche pronto ese discurso que he estado preparando toda la noche. Puede que al final del discurso hasta te de un beso de despedida. Vaya, había olvidado lo mucho que me gustan las suposiciones, sobre todo, aquéllas que sé que no veré cumplidas. Al menos algo tengo por seguro, estoy loca, hay múltiples motivos para mi locura, lo sé, pero este verano, pienso darle a uno de ellos unas vacaciones. Me las merezco por no ser chica julio. Quedan 36min  (19%)

Una batería tan incomprensible como yo.

1 de junio de 2012


Algunas noches, cuando menos me lo espero, la gente me sorprende.
¡Qué demonios! A veces hasta yo me sorprendo.
Siempre encuentra la forma de colarse en mi vida
no sé si es culpa mía por dejar rendijas abiertas
o de su empeño por no querer salir de esta jaula de grillos.