18 de julio de 2011

Planeta Agostini

No es perfecta, pero me completa. Le gusta que le haga tartas de chocolate y palmeritas de hojaldre. Le encanta pasarse horas y horas organizando papeles y cachivaches varios. Es una solitaria que puede pasarse semanas enteras sin salir de casa jugando a la DS o leyendo libros, y a la semana siguiente sólo pasar por casa para comer y dormir. Se ha pasado media vida peleándose con una servidora, y la otra media contando sus aventuras, ligues y escarceos. A veces, sólo a veces, incluso se para y escucha mis historias, aunque siempre se le escapa el típico suspiro y su frase de "lo siento, es que escuchar se me da muy mal" Pero no importa, lo compensa de otras mil maneras. Me acompaña al cine y al teatro, viene conmigo de compras y me dice la verdad sobre como me queda todo. Podemos pasarnos horas y horas en una librería ojeando contraportadas, para luego hablar sobre lo genial que sería tener una casa con biblioteca, como en las películas y pasarnos la vida leyendo libros. Vemos capítulos repetidos de los Simpson y Friends y los comentamos. Nos tiramos los domingos en el sofá a ver pelis de Disney y cantar todas las canciones como si fuéramos estrellas del pop. Se monta en todas las atracciones habidas y por haber y luego siempre repetimos, una tras otra. Me riñe cuando hago estupideces y me contagia con su risa. Jugamos a mil cosas cuando nos aburrimos o simplemente cantamos canciones viejas a pleno pulmón. Si la necesito para hablar, salir, ver una peli, comprar libros o simplemente para que esté ahí, dejará de lado cualquier plan para hacerlo.

La gente dice que nos parecemos, aunque sólo sea en el físico, pero lo que no saben es todo lo demás que compartimos, ilusiones, sueños y decepciones. Compartimos pasado, presente y futuro. Compartimos sangre.

No hay otra como ella, que me de esa seguridad de que siempre estará ahí.

Vuelve pronto.

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