24 de marzo de 2012

Si quieres te lo presto.

¿Ves esa cosa amarilla de mis fotos? Se llama Napito, y a pesar de la opinión de muchos no es sólo un peluche blandito. Napito es un aventurero sagaz e indomable, como ella. Es el símbolo de muchas cosas que poca gente comprende, porque son conceptos que con los años vamos dejando atrás. Napito representa la libertad del primer viaje de verano con tus amigos, las ganas de comerse el mundo a bocados, el ansia de dar la vuelta a la esquina y descubrir un mundo nuevo, la necesidad de perseguir tus sueños para poder seguir creciendo por dentro (porque cultivar la mente siempre será mucho más importante que cultivar el cuerpo, por mucho que los medios traten de convencernos de lo contrario). Él es un sentimiento hecho de algodón naranja y amarillo, es el apoyo que se necesita cuando estás aquí sola en el exilio y tus amigos imaginarios sólo pueden mandarte abrazos virtuales. Es el confesionario perfecto de todo loco que se precie. Una vez en un viaje a una ciudad que ella y yo conocemos estuve a punto de perderlo, al igual que la cordura. No, espera,de ésto último nunca he tenido. Vuelvo al hilo, por un instante me asusté, casi fue como perderlos a ellos. Por suerte, alguien con un gran corazón lo dejó sobre una ventana, pensando probablemente que sería de un pobre niño, bendita inocencia. Por cierto, gracias desconocido. Es fotogénico, divertido, callado, atento, y goloso. Un yo en peluche (viva la modestia)
Y si lo quieres, es todo tuyo. Cuídalo como me cuidas a mi, bueno, un poco mejor.
Por ella, por la futura Erasmus en Italia.
Aún no te has ido, y ya siento lo mucho que te echaré de menos.
Este verano lo haré inolvidable, y las visitas que te haga luego también.


PD: ¡no lo pierdas por lo que más quieras!

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