19 de junio de 2013
Nunca un adiós fue tan dulce
Y por fin se acabaron los encierros en esta institución. A partir de hoy soy una demente suelta, que vaga por el bosque en busca de las hadas de la fruta y los monstruos del río. Empieza un camino tortuoso, lento, enfangado y retorcido. Pero no hay cabida para el pesimismo, no ahora que al fin me han quitado la camisa de fuerza y puedo correr libre. Bueno, correr no, que ahora ya nadie me persigue. Ha sido un placer compartir con todos esos locos estos últimos años, pero es hora de decir adiós. Espero encontrar de nuevo mi madriguera repleta de cerveza y polvo acumulado. Os deseo que vuestro camino esté lleno de sorpresas. Y de duendes.
7 de junio de 2013
Devolvedme a la tierra
Saqué un cepillo del armario y me puse a recordar. Mientras acariciaba los bordes un escalofrío me recorrió la espalda, como un preludio de lo inevitable. Las colocaba con cariño, como siempre había hecho, como esperaba que el que me siguiera habría de hacerlo. Las puse bajo los primeros rayos de sol de aquel frío mes de junio, y allí, junto a la ventana me puse a recordar. La nostalgia se apodera de mi cabeza muchas veces y pierdo la noción del tiempo. Seguían allí, esperando ser colocadas, en su lugar, las tomé con cuidado, las acaricié con ternura y las devolví al fondo del armario. Puede que al fin y al cabo, la libertad no fuera cosa de locos. Estamos condenados a esconder las alas y dejar de volar, dejar de soñar. O al menos, cambiar de sueños.
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