Y empiezas a recordar cosas: cuándo lo conociste, cómo te sentiste la primera vez que le diste un abrazo, cómo olía la primera vez que lo bañaste, cómo fue vuestra primera comida juntos, cómo te mimaba cuando estabas triste, cuántos fines de semana, vacaciones y veranos pasaste a su lado, todas las aventuras que vivisteis juntos, las broncas que le echabas, los besos que le dabas, cómo te miraba por las noches cuando apagabas la luz, cómo lloró contigo una infinidad de veces. Y ahora ya está, se fue, y con él toda una infancia y un millón de recuerdos.
Mi pequeño.
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