Alguien me dijo una vez que soy una chica de sábado fácil y una mujer complicada en el resto de aspectos de mi vida; que es fácil entrarme por los ojos pero casi imposible llegar a rozarme el corazón. Y tenía razón. Soy una mujer compleja, extremadamente compleja. No soy mujer de conquista fácil, quizá mi corazón se asemeje a una pequeña coraza de todos los metales más resistentes descubiertos a lo largo de la historia, pero tengo mis motivos para que así sea, ya he demostrado desde que dejo aquí un trozo de mi vida que normalmente suelo hacer las cosas por una razón más o menos lógica, pero siempre hay una razón (que guardo celosamente y a la que sólo unos pocos afortunados tienen acceso) Pero me gusta ser así, y si bien no me gusta admitirlo demasiado abiertamente, cuando alguien consigue abrir una pequeña rendija de mi coraza y meterse dentro, es jodidamente difícil que algún día vuelva a salir.
Sí, estáis en lo cierto, ayer me pasé de nuevo con la bebida.
Él aún no lo ha hecho, y dudo que lo haga ya.
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