6 de mayo de 2012
Ellos han vuelto...
Fue todo tan extrañamente normal. Mis 10 secuestradores llegaron tarde al encuentro, como no podía ser menos, y me concedieron unos momentos más de libertad antes de capturarme entre sus redes de nuevo. He salido del exilio para meterme en su cueva otra vez, pero me gusta. Al fin lo consiguieron, me echaron el anzuelo, y piqué sin remedio. Entre esas 4 paredes me volvía a sentir como si el tiempo transcurriera a una velocidad muy inferior a la normal, como si las agujas del reloj nos dieran un respiro cada segundo. Todo volvía a esa normalidad monótona y divertida que tanto anhelaba. Y sus abrazos. Cómo echaba de menos sus abrazos.
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