Estar con ella es como hacer que cada día sea una noche de domingo. Una de esas en las que haces recuento semanal, balance de pros y contras, contraste de blancos y negros. Es como esa hermana que se te aparece a las tantas de la madrugada para desvelarte con historias para no dormir. Hablar con ella es deja que fluya el tiempo y no ponerle límites al reloj. 4 días, 4 meses, 4 años, la cantidad de tiempo que pase alejada de ella es una nimiedad, y no importa que no haya habido comunicación de por medio, siempre vuelve, siempre vuelvo. Ella lo es todo, ahora, y siempre. Es mi familia fuera del núcleo familiar, es esa amiga que nunca te olvida, a la que nunca puedes olvidar. Y sólo cuando vuelves a verla te das cuenta de lo mucho que la has echado de menos.
Por mil comidas más en el "burriking" que duren 5 h.
Inf.
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