Sigo siendo la misma. Sigo siendo la persona excéntrica, rara y peculiar que abandonó su tierra no hace ni tan siquiera una semana. Sigo colgada en la red, debatiendo muchas veces si soltarme o seguir colgada. A veces sueño que me caigo, y me dejo caer en el profundo abismo, oscuro, frío, que me atrapa con su tétrica melodía y me sume en la más profunda tristeza y desesperación. Otras veces sueño que saco fuerzas de flaqueza y aguanto bien arriba, donde las garras del miedo no pueden alcanzarme y al fin puedo ser feliz. Feliz, cómo echo de menos ser feliz.
Pero hoy sigo aquí, una mano colgando, la otra soportando el peso de mis errores.
No sé cuánto tardaré en caer.
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