12 de junio de 2011

Home sweet home

Este parece un buen sitio para volver a empezar. Tan sólo hay que recomponer algunas piezas y quitar un poco el polvo. *Chirría la puerta* ¡Vaya! Menudo susto, no esperaba tener visitas aún. Pero pasad, adelante, poneos todo lo cómodos que podáis. Os ofrecería algo para picar, pero como podéis ver acabo de descubrir este sitio. Lo que sí puedo ofreceros es una cerveza, siempre tengo cerveza allá donde vaya, es muy útil para ejercer el olvido. Y si algo he aprendido tras todos estos años de fuga es que no hay nada como olvidar.
Pero hay que tener cuidado con lo que uno olvida. Yo una vez me confundí, bebí demasiado, y olvidé todo lo que uno no debe olvidar. Olvidé a mi familia, a mis amigos y enemigos. Olvidé mi casa, mi ciudad y todas mis pertenencias. Olvidé mis errores y así fue que los volví a cometer. Sin embargo, por más que lo intento no puedo dejar atrás las traiciones ni los desengaños. Y claro está, nunca olvido cómo escapar de aquel lugar, aunque a veces olvido la razón de mis ingresos.

Un consejo, nunca os olvidéis de olvidar.

¡Ah sí! Otro día os contaré el porqué de mi ingreso. Ahora simplemente disfrutad de la cerveza.

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