19 de diciembre de 2011

Incursiones en lo profundo

Ya sé que me repito, sé las cosas que me repites. Entiendo que ya nada puede ser igual, que las tonterías graciosas de ayer se han convertido en los recuerdo agrios que tendremos mañana. Sé de sobra quién soy y quién quisiera ser. No me puedo permitir el lujo de recordarte, de poco sirve ya. Ha pasado tanto tiempo desde que dejaste mi colchón, y se han revolcado tantos corazones desde entonces entre mis sábanas. Y ni uno que mereciera la pena. Todos han sido primeras oportunidades, las segundas siempre te las reservo a ti, y las terceras, y las cuartas, y las que sean necesarias para que te enamores de mi. Sigo sin aceptarlo abiertamente, sólo ella lo sabe, y yo no se lo niego, ¿para qué? si en mi fuero interno deseo que algún día sea así. Y sigo aquí, repitiéndote mi vida mientras tú te empeñas en vivir la tuya. Algún día te darás cuenta. Y yo te esperaré, porque, de todas formas, no tengo nada mejor que hacer.

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